Tal día como hoy, el año pasado nos dejaste, aún siento tu ausencia, el vacío de tu ida y el dolor de perderte, creo que entendí cuanto te quería el mismo día de tu ida, el lloro, el dolor, la tristeza, pensar que mi padre, ya no podré volver a escucharlo, sus chascarrillos, sus rabietas y su peculiar humor.
Sé que la vida no ha sido perfecta entre tú y yo, hemos pasado mucho por la vida, pero al final todo se mantuvo en calma, salvo siniestros que alteraron tu vida y tu vejez.
Siempre he pensado que ante las adversidades se puede caer en depresiones profundas o, por el contrario, te armas de valentía y tiras para adelante pensado siempre en honrar la vida y tu nombre con fuerza y determinación para sentir paz en tu corazón, desde que te fuiste solo pienso en ello, levantarme con fuerza para que desde algún lugar que me puedas ver sientas orgullo de mí.
En esta camisa cabemos todos, la camisa de una gran familia llamada Nepomuceno, pero para ello hay que tener voluntad, no hablaré por los demás, solo en mi nombre.
Tu ida me ha dejado con ganas de pedirte perdón en algunos momentos de mi vida, tu ida me ha hecho ver que no pasé el tiempo suficiente contigo, siento mucho tu perdida porque siento al tiempo que agoté mi tiempo contigo, tiempo que no aproveché bien, en momentos como hoy siento mi orfandad.
La vida y la muerte es un espacio transitorio, es un tiempo finito, no tenemos tiempo de reflexionar a veces, que las personas progenitoras de nuestra vida se van y que no volveremos a sentirlas y la ocasiones perdidas son irreparables, por ello Papá pondré de mi parte para lograr que te sientas orgullos de mí, donde quieres que estés.
Me hubiera gustado estar hoy en al lado de tu tumba, en el cementerio de la Mina, no ha sido posible, aún estoy aquí dando de mí todo lo posible para honrarte, pero desde mi teclado te doy ese homenaje que te mereces, entre mis posibilidades, entre mis pensamientos.
Te echo de menos Papá, creo que cada año que pase de mi vida te echaré mucho más de menos, pero algo me dice que estarás siempre conmigo, en mi voz de la conciencia siento que me hablas, que me guías y aconsejas para no dar un paso en falso y hacer posible ser feliz dentro de mi tristeza.
Por el ahora y para siempre, estarás siempre en mi corazón.